Walden, la vida en los bosques – Henry David Thoreau

El invierno siguiente, y por economía, me serví de un pequeño fogón para cocinar pues, el bosque, al fin y al cabo no era mío; sin embargo, no conservaba el fuego tan bien como el hogar abierto. Entonces, el cocinar había dejado de ser ya un lance poético para convertirse en simple proceso químico. En estos días de hornillo y demás, pronto se olvidará que solíamos asar patatas en las cenizas, a la manera de los indios