Jenofonte, Anabasis

la ciudad de Celenas. Se halla en esta ciudad un palacio fortificado del gran rey sobre las fuentes del río Marsias y por debajo de la ciudadela; este río atraviesa también la ciudad y desemboca en el Meandro; tiene una anchura de veintiocho pies. Dícese que allí fue donde Apolo desolló a Marsias después de vencerle en su desafío sobre la música y que colgó la piel en el antro donde salen las fuentes; por esto se le ha dado al río el nombre de Marsias.

Frazer, La Rama Dorada

cuando las hayas y los robles, con su follaje caducifolio, ocre en otoño y desnudo en invierno, aún no comenzaban a ceder, bajo la mano del hombre, ante los árboles perennifolios del sur: el laurel, el olivo, el ciprés y la adelfa, y mucho menos ante esos intrusos de una época posterior y que hoy día solemos considerar como típicamente italianos: los limoneros y los naranjos.

Introduccion a La Rama Dorada,

Es difícil saber qué tanto fue ésta la intención de Frazer: no es del todo claro si le hubiera gustado saber que, 100 años después de su publicación, el éxito ininterrumpido de su narrativa se debía a presentimientos semienterrados producto de un misticismo residual

Joyce, Ulysses

Las gentes podían aguantar ser mordidas por un lobo, pero lo que en verdad las encolerizaba era el mordisco de una oveja

Tito Livio, Historia de Roma desde la fundacion de la ciudad

Trasladó a Roma las obras de arte de la ciudad, las esculturas y cuadros, que abundaban 2en Siracusa, que evidentemente eran un botín quitado al enemigo conseguidos por derecho de guerra. A partir de ahí, por otra parte, nació la admiración por las obras de arte griegas, y a raíz de esto, el abuso del expolio indiscriminado de todo lo sagrado y lo profano que últimamente se ha vuelto contra los dioses romanos, empezando por el propio templo que Marcelo decoró espléndidamente. 3Los extranjeros, en efecto, solían visitar los templos dedicados por Marco Marcelo atraídos por las magníficas obras de ese género, de las que queda sólo una pequeñísima parte

Joyce, Ulysses

La espalda de un guardagujas se enderezó de repente contra un pilar de tranvía cerca de la ventanilla del señor Bloom. ¿No podrían inventar algo automático de manera que la rueda fuera mucho más fácil de manejar? Bueno, pero ese sujeto perdería su empleo entonces. Bueno, ¿pero entonces no conseguiría trabajo otro sujeto fabricando el nuevo invento?

Tito Livio, Historia de Roma desde la fundacion de la ciudad

Veo que, según algunos historiadores, la batalla del lago Regilo habría tenido lugar seguramente ese año; Aulo Postumio, por no merecerle confianza su colega, habría dimitido como cónsul, después habría sido nombrado dictador. Hay tal incertidumbre en la fijación de las fechas, al ordenar las diversas fuentes de manera distinta la lista de magistrados, que no puede uno determinar de manera ordenada qué cónsules sucedieron a qué otros, ni qué acontecimientos ocurrieron en qué año, al quedar tan atrás no sólo los hechos, sino los mismos historiadores

Ulysses, xogando a cinco mans

On his wise shoulders through the checkerwork of leaves the sun flung spangles, dancing coins

Sobre sus sabios hombros, a través del ajedrezado de hojas, el sol lanzaba lentejuelas, monedas danzantes

A través del enrejado de las hojas, el sol sembraba lentejuelas, monedas danzantes, sobre sus hombros sabios

Sobre sus sabios hombros por el escaqueado de hojas el sol irradiaba lentejuelas, monedas danzarinas

Filtrado pola celosia das follas, o sol sementoulle nos sabios ombreiros lentelliñas de luz, moedas danzarinas

Tito Livio, Historia de Roma desde la fundacion de la ciudad

Cuentan que el rey mismo, al consultar los comentarios de Numa, descubrió allí unos sacrificios secretos en honor de Júpiter Elicio y se ocultó para celebrarlos; pero que no se atuvo al ritual en los preparativos o en la celebración del sacrificio, y no sólo no tuvo ninguna aparición celestial, sino que la cólera de Júpiter, irritado por la falta de escrupulosidad religiosa, lo alcanzó con su rayo y lo abrasó junto con su palacio

Tito Livio, Historia de Roma desde la fundacion de la ciudad

…según la cual los albanos debían celebrar los sacrificios conforme a los ritos de su patria —los habían relegado al olvido, como si, al abandonar la patria, hubiesen también abandonado a los dioses, y o bien habían adoptado los ritos romanos o, resentidos contra el destino, como suele ocurrir, habían dejado de dar culto a los dioses—