Eco, El Péndulo de Foucault

He abierto el armario de los escritos juveniles tan pronto como he llegado. Estantes y estantes llenos de papeles, desde los deberes de la escuela hasta cuadernos y cuadernos de poesía y prosas de adolescencia. En la adolescencia todos escriben poesías, después los verdaderos poetas las destruyen y los malos las publican. Belbo estaba demasiado desengañado para salvarlas, demasiado indefenso para destruirlas. Las enterró en el armario del tío Carlo