Robert Graves, Lawrence y los arabes

Se alegraron de llegar al reducido oasis de un valle, que un anciano, con su esposa e hijas, los únicos habitantes, habían cultivado en parte. Cosechaban tabaco, judías, melones, cohombros y berenjenas, laborando de sol a sol, despreocupados del mundo exterior. El viejo preguntó riendo si tanta lucha y sufrimiento aportaría al mundo más comida y bebida; no entendió su descripción de la libertad árabe. Vivía sólo para su huerto. Cada año vendía el tabaco recogido y compraba una camisa para sí mismo y para cada miembro de su familia