D.H.Lawrence, Tumbas etruscas

La antigua religión del profundo intento del hombre por estar en armonía con la naturaleza y aguantar hasta florecer en el gran flujo de la vida se convirtió, con los griegos y los romanos, en un deseo de resistirse a la naturaleza, de producir una astucia mental y una fuerza mecánica que venciera y sojuzgara completamente a la Naturaleza, hasta que por fin no hubiese nada libre en ella: todo debía estar controlado, domesticado y puesto al vulgar servicio del hombre. Es curioso que, junto con la idea del triunfo sobre la naturaleza, surgiese la idea de un Hades siniestro, un infierno y un purgatorio. Para los pueblos de las grandes religiones naturales, el más allá era una continuación del maravilloso viaje de la vida. Para los pueblos de la Idea, el más allá es un infierno, o un purgatorio o la nada, y el paraíso una ficción insuficiente