Gibbon, Historia de la decadencia y caida del imperio romano

Muchos escritores suponen, y los más aseguran aunque al parecer sin prueba terminante, que el frío intenso del Norte contribuía a alargar la vida y realzar la fuerza engendradora, por lo que las mujeres eran más fecundas y la especie humana, más productiva que en los climas cálidos o templados