En realidad, ya hemos dado un primer paso. Nos resulta más fácil ver, ahora, qué pasa cuando un estudio que es riguroso en todos los demás aspectos comienza por la idea no puesta a prueba de que hubo alguna forma original de sociedad humana; que su naturaleza era fundamentalmente buena o mala; que existió una época anterior a la desigualdad y a la conciencia política; que algo pareció cambiar todo esto; que civilización y complejidad siempre vienen al precio de las libertades humanas; que la democracia participativa es natural en grupos pequeños pero no puede darse a las escalas de una ciudad o un Estado-nación.
Ahora sabemos que estamos en presencia de mitos