Chadwick, El enigma micénico

Pero el título más curioso dado a una diosa es una palabra griega muy conocida, Pótnia, la Señora, o, como diríamos hoy, Nuestra Señora. En una ocasión aparece este término junto a Atena, en una forma que recuerda el uso que de él hace Homero/como título para cualquier diosa; pero por lo general, va sólo en conexión con el nombre de un lugar: «Nuestra Señora del Laberinto» es seguramente la más llamativa de las dedicatorias salidas de Cnosos.

Struve, Historia de la antigua Grecia

Así surgió la unión de los oligarcas con los ciudadanos ricos, «los que —según Tucídides— llevaban sobre sí cargas insignificantes». La consigna fundamental de esa unión fue la limitación de los gastos del Estado. Con ello se quería decir, en primer lugar, la absoluta supresión de los sueldos a los buleutas y a los jueces, y de la paga por asistir a las asambleas populares. De llevarse a cabo este programa, los atenienses pobres se verían privados automáticamente de participar en el manejo de los asuntos gubernamentales y el poder pasaría de hecho a manos de los oligarcas y de los grupos que les prestaban apoyo.

Ahola, De Re Lovecraftiana

Desta maneira, o proceder de Lovecraft cos seus colegas pode considerarse un digno precursor da filosofía do Copyleft, das licenzas abertas e do Software Libre. O de Providence non só non velaba polas súas creacións, senón que animaba os seus colegas epistolares a que tomasen emprestado, transformasen e achegasen elementos. Desta maneira, resulta difícil falar dun universo lovecraftiano puro, pois desde o comezo a «contaminación» (bendita contaminación, por outra banda) é constante, consciente e premeditada. Mesmo nalgúns casos chegouse a producir non só un empréstemo de elementos, senón un verdadeiro diálogo de relatos,

Herodoto, Los nueve libros de la Historia

En su opinión (de los persas), esto de robar las mujeres es a la verdad una cosa que repugna a las reglas de la justicia; pero también es poco conforme a la cultura y civilización el tomar con tanto empeño la venganza por ellas, y por el contrario, el no hacer ningún caso de las arrebatadas, es propio de gente cuerda y política, porque bien claro está que si ellas no lo quisiesen de veras nunca hubieran sido robadas

Cline, 1177 aC: el año en que la civilizacion se derrumbo

Investigadores anteriores habían señalado, ocasionalmente, referencias de algunas tablillas de Lineal B recuperadas en el yacimiento, que sugieren que en la zona hubo «observadores del mar» durante los últimos años de ocupación del lugar, y han conjeturado que estaban vigilantes, a la espera de los Pueblos del Mar.

cixin liu, el fin de la muerte

A lo largo de la historia, las desigualdades se habían manifestado principalmente en terrenos como la economía o el estatus social, pero la muerte trataba a todos por igual. La igualdad, naturalmente, no era absoluta: el acceso a la sanidad no estaba distribuido de forma equitativa, los ricos salían mejor parados de los desastres naturales que los pobres, y los soldados y los civiles tenían diferentes tasas de mortalidad en tiempos de guerra, por citar tan solo algunos ejemplos. Pero nunca antes se había producido una situación como esta: menos de una diezmilésima parte de la población podría refugiarse en un lugar seguro y dejar a su suerte a miles de millones de personas en la Tierra.
Ya en la antigüedad, una desigualdad tan evidente habría resultado intolerable, y en la actualidad lo era aún más

cixin liu, el bosque oscuro

La miró bajo la luz que llegaba desde una distancia de cinco unidades astronómicas. Era como una pluma flexible que flotase contra el fondo de estrellas.
—Nosotros pertenecemos a la Tierra y el mar, usted pertenece a las estrellas.
—¿Eso está mal?
—No. Está muy bien.

cixin liu, el problema de los tres cuerpos

—¿Y no habéis detectado… —Wang trataba de elegir bien las palabras que usaba— ningún indicio sobrenatural?
—No, nada parecido. Son muchas las personas repartidas por el mundo que contribuyen al desarrollo del juego. Su método de colaboración es similar al de las iniciativas de código abierto, como la que creó el sistema operativo Linux, pero con una diferencia: sus herramientas de desarrollo son extremadamente avanzadas. Y en cuanto al contenido del juego en sí, quién sabe de dónde demonios lo sacarán… algo de sobrenatural, como usted ha dicho, sí parece tener, pero aquí debemos recurrir de nuevo a la famosa ley de nuestro capitán: todo esto tiene que ser obra de alguien. Nuestras investigaciones están dando fruto, y pronto dispondremos de resultados concretos.

f.j.gomez, Historia de la Grecia antigua

Empezaron a existir, además, una especie de políticos profesionales que, gracias a su dominio de la oratoria y a su pericia técnica en determinados asuntos, como las leyes o las finanzas, adquirieron pronto un enorme poder entre la multitud a expensas de la asamblea. Se trata de los llamados demagogos, cuya significación precisa entonces era la de líderes del demos, sin las connotaciones peyorativas que luego adquirió dicho término. La complejidad de los asuntos hizo necesaria su presencia y de hecho ejercieron funciones valiosas y definidas, como las actividades fiscales, dentro de una maquinaria estatal que se hallaba casi enteramente en manos de aficionados.

f.j.gomez, Historia de la Grecia antigua

Hacia el 457-456 se abrió el acceso al arcontado a la tercera clase de ciudadanos establecida por Solón, los zeugitas. Se instituyó el sorteo como forma de selección de todos los cargos, salvo aquellos que requerían competencias técnicas específicas, como los mandos militares o los puestos relacionados con las finanzas, que permanecieron sujetos al procedimiento electoral.

Robert Graves, La Diosa Blanca

Decid, si queréis, que soy la zorra que ha perdido el rabo; no soy sirviente de nadie y he decidido vivir en las afueras de una aldea montañesa de Mallorca, católica pero anticlerical, donde la vida se rige todavía por el viejo ciclo agrícola. Sin mi rabo, o sea sin mi contacto con la civilización urbana, todo lo que escribo tiene que ser leído perversa e impertinentemente por aquellos de vosotros que estáis todavía engranados a la maquinaria industrial, ya sea directamente, en calidad de obreros, administradores, comerciantes o anunciantes, o ya indirectamente, en calidad de funcionarios públicos, editores, periodistas, maestros de escuela o empleados de una corporación de radiotelefonía. Si sois poetas, os daréis cuenta de que la aceptación de mi tesis histórica os compromete a una confesión de deslealtad que estaréis poco dispuestos a hacer; elegisteis vuestras tareas porque prometían proporcionaros un ingreso seguro y tiempo para prestar a la Diosa que adoráis un valioso servicio de media jornada. Preguntaréis quién soy yo para advertiros que ella exige un servicio de jornada completa o ninguno absolutamente. ¿Y acaso os sugiero que renunciéis a vuestras tareas y, por falta de capital suficiente, os establezcáis como pequeños arrendatarios u os convirtáis en pastores románticos —como hizo Don Quijote cuando no pudo ponerse de acuerdo con el mundo moderno— en remotas granjas no mecanizadas? No, mi falta de rabo me impide hacer cualquier sugerencia práctica. Sólo me atrevo a hacer una exposición histórica del problema; no me interesa cómo os las arregláis con la Diosa. Ni siquiera se si sois serios en vuestra profesión poética

la clase media, colonialismo en casa

<<[…] Fue creada por la clase dominante cuando el pueblo se puso farruco, como un señuelo para engatusar a los pobres: pórtate bien, trabaja duro y pasarás de ser un desgraciado a ser un desgraciado de clase media, podrás empeñarte hasta las cejas para enviar a tus hijos a una buena escuela, comprarte un coche malo y una segunda residencia en un lugar horrible. La clase media se creó para que consumiera lo que fabricaba la clase obrera y votara a los conservadores. Desengáñate, […] la clase media es el colonialismo en casa.>>

Eduardo Mendoza.