Reamde – Neal Stephenson

Richard era, en el fondo, un tío que hacía cosas. Un granjero. Un fontanero. Un Barney. En lo que no era tan bueno era manipulando los estados internos de otros humanos, en lograr que hicieran las cosas a su modo, en que hicieran cosas por él. Su actitud básica hacia otros seres humanos era que podían irse todos a tomar por el culo y que no iba a malgastar ningún esfuerzo en cambiar la forma en que pensaban. Probablemente esto estaba anclado en una creencia que le había sido inculcada desde niño: que había una realidad objetiva, que toda la gente con la que merecía la pena hablar podía observar y comprender, y que no tenía sentido discutir sobre algo que podía ser observado y comprendido. Mientras te aseguraras de tratar exclusivamente con gente que tuviera inteligencia para ver y comprender esa realidad objetiva, no tenías que malgastar mucho tiempo hablando. Cuando una tormenta se dirigía hacia ti por la pradera, recogías la ropa tendida y cerrabas las ventanas. No era necesario tener una reunión para discutirlo. Los ejecutivos de ventas no tenían que intervenir.