El americano tranquilo – Graham Greene

Una oportunidad para morir? ¿Por qué habría yo de querer morir cuando Phuong dormía a mi lado todas las noches? Pero conocía la respuesta a aquella pregunta. Desde la infancia nunca había creído en la permanencia y, sin embargo, la había anhelado. Siempre tenía miedo de perder la felicidad. Este mes, el próximo año, Phuong me dejaría. Si no el próximo año, dentro de Eres años. La muerte era el único valor absoluto en mi mundo. Se pierde la vida y uno ya no puede perder otra cosa nunca más nada. Envidiaba a los que podían creer en un Dios y desconfiaba de ellos. Tenía la impresión de que mantenían su valor con una fábula sobre lo inmutable y lo permanente. La muerte era algo mucho más cierto que Dios, y con la muerte ya no existiría la posibilidad diaria de que el amor muriera. Se esfumaría la pesadilla de un futuro de aburrimiento e indiferencia. Nunca podría haber sido pacifista. Matar a un hombre era seguramente concederle un beneficio inconmensurable. Oh, sí, la gente siempre, todas partes, amaba a sus enemigos. Era a sus amigos a los que protegían para el dolor y la vacuidad