H. Miller, Tropico de Capricornio

Me quedo sentado en el porche una hora más o menos, soñando despierto. Llego a las mismas conclusiones a que llego siempre, cuando dispongo de un minuto para pensar. O bien debo ir a casa inmediatamente para empezar a escribir o debo huir y empezar una nueva vida. La idea de empezar un libro me aterroriza: hay tanto que decir, que no sé dónde o cómo empezar. La idea de huir y empezar de nuevo es igualmente aterradora; significa trabajar como un negro para subsistir. Para un hombre de mi temperamento, siendo el mundo como es, no hay la más mínima esperanza ni solución. Aun cuando pudiera escribir el libro que quiero escribir, nadie lo aceptaría: conozco a mis compatriotas demasiado bien. Aun cuando pudiese empezar de nuevo, sería inútil, fundamentalmente porque no deseo trabajar ni llegar a ser un miembro útil de la sociedad.