El jardín de los dioses – Gerald Durrell

Tal vez hoy atraparía el galápago más grande que nunca viera, o desvelaría el misterio de cómo una tortuga recién nacida, salida del huevo con más arrugas y abolladuras que una nuez, al cabo de una hora abultaba el doble y en consecuencia había alisado la mayor parte sus frunces