Frazer, La Rama Dorada

En una palabra, estas costumbres de primavera y estío se basan en los mismos primitivos modos de pensar y forman parte del mismo paganismo antiguo que era evidentemente practicado por nuestros antepasados mucho tiempo antes del alborear de la historia. Entre las señales de un ritual primitivo podemos anotar las siguientes:
Ninguna clase especial de personas es elegida para el desempeño de los ritos; en otras palabras, no hay sacerdotes. Los ritos pueden ser desempeñados por cualquiera, según lo demande la ocasión.
Ningún lugar especial se señala para la realización de los ritos; en otros términos, no hay templos. Los ritos pueden realizarse en cualquier parte, según lo demande la ocasión.
Se reconocen espíritus, no dioses: a) a diferencia de los dioses, los espíritus tienen restringidas sus operaciones a partes definidas de la naturaleza. Sus nombres son generales, comunes; no son nombres propios. Sus atributos son genéricos mejor que individuales y específicos; en otras palabras, hay un número indefinido de espíritus de cada clase y los individuos de cada clase son muy semejantes entre sí; no tienen una individualidad marcadamente definida; no hay tradiciones aceptadas y corrientes respecto a su origen, vida, aventuras y carácter; b) por otro lado, los dioses, a diferencia de los espíritus, no están restringidos en departamentos delimitados de la naturaleza. Es verdad que, por lo general, hay algún campo sobre el que presiden como su dominio especial, pero no están confinados rigurosamente en él; pueden ejercer su poderío para el bien y el mal en muchas esferas de la naturaleza y de la vida. Además llevan nombres individuales o personales propios, tales como Deméter, Perséfona, Dionisos, y su carácter e historia individual está fijado por los mitos circulantes y las representaciones artísticas.

Los ritos son mágicos más bien que propiciatorios. En otros términos, las cosas deseadas no se obtienen propiciando el favor de los seres divinos por medio del sacrificio, oración y loores, sino mediante ceremonias como las que hemos expuesto, que se supone influyen directamente en la marcha o curso de la naturaleza, mediante una simpatía o parecido material entre el rito y el efecto que con él se desea obtener