Robert Graves, La hija de Homero

—¿Qué es esa hierba? —pregunté.
—Una especie de ajo, de flor amarilla.
—¡Y yo siempre me la había imaginado blanca como la nieve, y perfumada como el ciclamen de abril! ¿Por qué ha llegado a ser tan famosa en las cosas de magia?
—Sin duda por su color dorado, y porque, a diferencia de otras plantas, crece con mayor rapidez cuando la luna mengua y resiste la magia de las distintas diosas de muerte-en-vida con quienes se topó Ulises. La sardina, que tampoco es atraída por la luna, tiene virtudes similares, y por consiguiente su hígado es soberano contra el mal de ojo y las brujas.
—¿Estás seguro de que me narrabas el cuento exactamente como hoy?