Sin embargo, son estas poco pitagóricas fantasías las que nos acercan un poco al plano humano y nos inclinan a alguna simpatía para con este hombre de cerebro traslúcido y de corazón árido, que de otro modo nos sería francamente antipático
blah, blah, blah…
Sin embargo, son estas poco pitagóricas fantasías las que nos acercan un poco al plano humano y nos inclinan a alguna simpatía para con este hombre de cerebro traslúcido y de corazón árido, que de otro modo nos sería francamente antipático