Montanelli, Historia de los griegos

Encerrado en su orgullo de casta, y convenciéndose cada vez más de estar constituyendo una clase selecta y predestinada por los dioses a poner orden en el pueblo de los hombres comunes, el Círculo de los pitagóricos decidió adueñarse del Estado y fundar en Crotona, sobre la base de las verdades filosóficas elaboradas por el Maestro, la república ideal. Como todas las repúblicas, aquella había de ser una «tiranía ilustrada». Ilustrada, se comprende, por Pitágoras, jefe de una aristocracia comunística que, con una potente G.P.U., prohibiría a todos el vino, la carne, los huevos, las habas, el amor y la risa, obligándoles, en compensación, a la «autocrítica».